Adriana Trujillo Ortiz es una preciosa niña muy “especial” nacida el 17 de Julio de 2014. Un precioso Ángel de cara delicada, ojos azules e inocentes, pelo rubio y tez clara que tuvo la desdicha de sufrir los caprichos de la genética.
Ella fue diagnosticada, a los 13 meses de edad y tras muchas sospechas, con Síndrome de Angelman, lo cual le condena a una vida bastante más complicada de la que pudiera tener un niño de su misma edad.
Necesita cuidados y tratamientos específicos que en la actualidad podrían resultar costosos y son difíciles de cubrir por su núcleo familiar. Es por ello que necesitamos la ayuda de toda aquella persona que, desinteresadamente, quiera tendernos una mano. Una ayuda que nos inunde de esperanza y permita que Adriana goce de la máxima calidad de vida posible.
Somos muchos los que estamos “empujando” este proyecto, pero queremos ser más, porque sabemos que todo esto tiene un gran fin.
Adriana, actualmente y gracias a las terapias que se están llevando, está haciendo grandes progresos, pero que esto siga así depende de todos nosotros. Las convulsiones parece que han cesado y nos dan una tregua, pero en cualquier momento pueden repetir y debemos estar atentos.
El gran amor de sus padres (Juan y Patricia) y su hermana (Patricia) hacen que su vida sea lo más parecido a una vida normal. Escribiendo estas letras me viene a la mente la imagen de Adriana sentada en su puzzle del suelo con sus juguetes, algo impensable unos meses atrás.
Cuando Adriana nos mira… algo pasa… algo se mueve. La veo y siento paz, no entiendo cómo puede tener el dichoso síndrome, luego observas detenidamente y ves los indicios que aclaran su enfermedad.
Yo creo en ella, y más que en ella creo en sus Padres, son fuertes y capaces. Es más tengo fe de que algún día llegue esa dichosa “cura” que haga despertar la otra mitad que anda dormida en ella.
Mientras tanto estaremos aquí, con Adriana, velando y cuidado su bienestar. Porque TODOS somos Adriana.